Cómo recuperé mi energía después de tener hijos: mi camino de vuelta a mí misma
En este artículo comparto cómo recuperé mi energía después de tener a mis hijos: mi historia real, los cambios que marcaron la diferencia y los tres hábitos sencillos que puedes empezar hoy mismo para volver a sentirte viva, fuerte y llena de vitalidad. Si te sientes agotada o desconectada de ti misma, este mensaje es para ti.
Maria Legarda
6/23/20254 min read
¿Te levantas cada mañana sintiéndote más cansada que cuando te acostaste? ¿Sientes que los días pasan y tú simplemente sobrevives, sin energía para disfrutar de lo que realmente te gusta? Yo también estuve ahí. Durante un tiempo, me arrastraba por la casa después de tener a mis dos hijos, preguntándome si alguna vez volvería a sentirme yo misma.
Hoy, en cambio, puedo bailar flamenco durante horas, cuidar de mis pequeños, trabajar, crear… y aun así tener energía para disfrutar de la vida. Y en este artículo quiero contarte cómo llegué hasta aquí y cómo tú también puedes hacerlo.
Mi punto más bajo: cuando la energía parecía no existir
Soy María, danzarina de flamenco y madre de dos niños maravillosos. Pero hace tres años y medio, después del nacimiento de mi hijo pequeño, descubrí un nivel de cansancio que nunca había conocido. Pensaba que sabía lo que era estar agotada… hasta que la realidad de dos niños pequeños llegó a mi vida.
Mis días empezaban a las cinco de la mañana con el llanto del bebé. Preparaba el desayuno para mi hija, intentaba vestirme mientras sostenía a un pequeño que solo quería estar en mis brazos y sobrevivía a base de tres cafés antes del mediodía. Aun así, podía quedarme dormida de pie.
Las clases de flamenco, que siempre habían sido mi pasión, comenzaron a convertirse en una lucha. Mis pasos estaban vacíos, sin fuerza, sin vida. Por las tardes, mi esposo me encontraba dormida en el sofá mientras los niños jugaban alrededor. Nuestra relación empezó a resentirse; ¿cómo ser buena pareja cuando apenas puedes mantener los ojos abiertos?
Y comencé a pensar que esa era mi nueva vida. Que así era la maternidad.
El momento que lo cambió todo
Una tarde, mientras observaba a mi hija imitar mis pasos de flamenco con más energía de la que yo tenía, entendí algo esencial: mis hijos no necesitaban una madre que sobreviviera. Necesitaban una madre que viviera con pasión, con alegría, con fuerza.
Ese día decidí que tenía que encontrar otra manera.
Probé dormir más (spoiler: imposible con bebés), aumentar la cafeína (otro error), suplementos, rutinas… nada funcionaba realmente.
Hasta que entendí tres principios fundamentales.
1. El cuerpo necesita alimento real
Durante meses, mi alimentación era caótica: sobras de los niños, comida rápida, lo que podía comer de pie o en cinco minutos. Mi cuerpo estaba famélico de nutrientes.
El cambio llegó cuando empecé a preparar un desayuno nutritivo y rápido: un batido con frutas, proteína y hojas verdes. Tardaba dos minutos y lo podía beber mientras mi bebé jugaba.
La diferencia fue inmediata: desaparecieron los bajones de energía de media mañana y mi mente se sentía más clara.
2. El movimiento crea energía
Como bailarina, siempre lo supe… pero lo había olvidado. No necesitaba una hora en el gimnasio. Solo necesitaba mover mi cuerpo un poco cada día.
Cinco minutos de baile en la cocina. Un paseo rápido mientras los niños jugaban. Rutinas cortas convertidas en juegos con mi hija.
Esos pequeños momentos despertaron mi vitalidad como nada más lo había hecho.
3. Necesitamos pausas para recargar
Quizás el aprendizaje más difícil. Como madres, damos sin parar. Pero no podemos dar si estamos vacías.
Comencé a reservar quince minutos sagrados cada noche, después de acostar a los niños. No para limpiar, no para trabajar, no para ver televisión sin pensar. Solo para mí.
A veces bailaba suavemente. Otras veces respiraba profundamente con una taza de té. Esos quince minutos se convirtieron en mi salvavidas.
Un cambio gradual, pero real
No fue magia ni algo inmediato. Hubo días en que fallé. Días en los que me sentí agotada. Pero poco a poco, con pequeños hábitos, fui recuperando mi energía.
Tres meses después, mi esposo me dijo algo que nunca olvidaré:
“Has vuelto. La María que bailaba como si el suelo ardiera… ha vuelto.”
Hoy, con dos hijos, tengo más vitalidad que a los 25. Y cada paso que doy sobre el escenario es una celebración de ese proceso.
Tres hábitos que puedes comenzar hoy mismo
Aquí te comparto las tres acciones que transformaron mi vida y que tú puedes aplicar desde hoy:
1. El desayuno de los 15 minutos
Despiértate 15 minutos antes que tus hijos. Usa ese tiempo para beber agua tibia con limón y preparar un desayuno nutritivo.
Prioriza esto por encima de dormir 15 minutos más. Te dará energía para todo el día.
2. Movimiento estratégico
Busca tres momentos del día para moverte 5 minutos: mientras hierve el agua, mientras tus niños se bañan, antes de la cena.
Baile, sentadillas, saltitos… lo que quieras. Tu cuerpo lo agradecerá.
3. Respiración 4-7-8
Mi truco favorito.
Inhala 4 segundos, retén 7, exhala 8.
Hazlo tres veces.
Es como un café instantáneo, pero sin caer después.
Para ti, mamá cansada que siente que ya no puede más
Sé que ahora puedes sentir que nada va a cambiar. Que estás agotada. Que no reconoces tu cuerpo ni tu energía.
Pero dentro de ti sigue estando esa mujer llena de pasión, fuerza y vida. Solo necesita espacio para volver a respirar.
Yo no imaginaba que podía recuperar mi energía, mi alegría y mi sensación de plenitud. Pero lo hice. Y tú también puedes. No importa dónde vivas, cuántas horas duermas o cuántas responsabilidades tengas.
Estoy aquí contigo, acompañándote en este camino hacia una vida más energética, más consciente y más tuya.
Porque todas merecemos sentirnos vivas de nuevo.
¿Quieres seguir este camino conmigo?
Te invito a unirte a nuestra comunidad de mujeres que están transformando su energía y su vida.
Déjame en los comentarios cuál es tu mayor desafío en este momento y estaré encantada de ayudarte.
Y recuerda siempre:
La magia de la vida comienza cuando recuperas tu energía.